La vicecoordinadora de Morena, Gabriela Jiménez, se lanzó al ruedo y dejó claro que no le pidió permiso a Ricardo Monreal, el coordinador de la bancada, para negociar cambios a la minuta del Senado sobre el nepotismo. Según ella, como vicecoordinadora, tiene todo el derecho de hacer alianzas con otras fuerzas políticas sin rendirle cuentas a Monreal. ¡Y eso que Monreal se quejó de que lo dejaron fuera del juego!
Jiménez contó que intentó hablar con Monreal, pero no lo encontró (¿o será que él la evitó?). Mientras tanto, se puso a negociar con el PT, PRI, Movimiento Ciudadano y hasta el PAN. Resulta que el coordinador del PAN, Elías Lixa, le propuso revisar una propuesta que ya tenían sobre el tema, pero Jiménez asegura que nunca llegaron a un acuerdo.
Aquí viene lo jugoso: Jiménez reveló que Morena tenía los votos para modificar la minuta y adelantar la prohibición del nepotismo, pero al final decidieron no hacerlo porque, si la mandaban de vuelta al Senado, no tenían los números para aprobarla. Así que, para no arriesgarse, optaron por dejar la prohibición hasta 2030. ¡Pero tranquilos! Morena prometió aplicar la medida internamente desde 2025.
Jiménez admitió que le dolió mucho que el nepotismo siga vigente hasta 2030, pero se defendió diciendo que ella y Alfonso Ramírez Cuéllar (el otro vicecoordinador) son leales a Claudia Sheinbaum. Aunque, por cierto, Ramírez Cuéllar sabía de las negociaciones, pero no se metió.
Y para cerrar con broche de oro, Jiménez dejó claro que no piensa abandonar Morena, aunque calificó lo sucedido como "doloroso". De hecho, fue una de los legisladores que prefirieron abstenerse en la votación. ¿Será que hay más tensiones internas de las que aparentan?
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